Desde hace un tiempo, el término Internet de las cosas (IoT) está muy presente en la actualidad, y no son pocos los fabricantes que lanzan al mercado dispositivos orientados a esto pero, ¿qué es realmente el Internet de las cosas? ¿en qué consiste?. Pues los dispositivos IoT se conectan con un proceso llamado M2M (machine to machine, o máquina a máquina) en el que dos dispositivos o máquinas cualquiera se comunican entre sí utilizando cualquier tipo de conectividad (que puede ser cable, WiFi, Bluetooth, etc.), haciendo su trabajo sin la necesidad de que un humano intervenga.
Estos dispositivos conectados generan una gran cantidad de datos que llegan a una plataforma IoT que recolecta, procesa y analiza dichos datos. Esta información se hace relevante al usuario porque gracias a ella se pueden sacar conclusiones de los hábitos y preferencias del mismo, así como para facilitarle la vida. Por ejemplo, y hay algún fTodoo en tu coche te puede llegar un aviso para que lo lleves al tTodoer.
Otro gran ejemplo de dispositivo IoT es el altavoz inteligente Amazon de Alexa, el cual se encuentra conectado a la red de redes para obtener información e interactúa con otros dispositivos para darnos la capacidad de controlarlos a través de simples comandos de voz. Poco a poco los diferentes dispositivos en el día a día van siendo más y más dispositivos IoT y se interconectan entre si con la idea de hacernos la idea más fácil.
En nuestra vida cotidiana podemos ver una enorme cantidad de objetos conectados que forman parte del Internet de las cosas, y es que según el Worldwide Global DataSphere IoT Devices and Data Forecast para el año 2025 tendremos en torno a 41.600 millones de dispositivos conectados.
Donde el internet de las cosas cogerá todo su potencial será en la conducción automática, donde los diferentes vehiculos en circulación estarán conectadas a la red de tráfico a tiempo real para circular en cada momento y evitar así accidentes.
Millones de máquinas aprendiendo nuestra rutinas para hacernos nuestra vida más fácil, por suerte, no hemos sido capaces de crear una consciencia propia que se puede volver en nuestra contra.